martes, 25 de junio de 2013

Características de las funciones paterno - maternas 


El reconocimiento del niño como un sujeto en evolución con características propias, sin exigirle por encima de sus posibilidades.

El revestimiento afectivo del niño, haciéndolo depositario de su amor y obteniendo gratificación de su proceso de crecimiento, sea el que sea.

La comprensión y cobertura de las necesidades y características de su desarrollo evolutivo, facilitándole la protección necesaria.

El entendimiento y apoyo de los conflictos que el niño plantea en su evolución psíquica para llegar a ser un sujeto autónomo.

El ejercicio y sostén de los límites generacionales, instaurando las prohibiciones y límites necesarios para la incorporación de derechos y obligaciones.

Cuando estas funciones están perturbadas o distorsionadas, se puede producir el maltrato psíquico, el desarrollo psicoactivo y evolutivo del niño se altera y aparecen trastornos. Convirtiéndose en fuente de amenaza y peligro real los padres. 

    ¿Quiénes participan en el maltrato emocional y psicológico?


El abuso emocional es un problema que involucra a dos o más personas.  El abusador y la víctima del abuso, y a veces, terceras partes que pueden ser “cómplices” o actuar como “abogados o jueces”, tomando partido por el abusador o por la víctima.

Perfil del abusador






 




Existen diferentes tipos de abusadores y diferentes grados de abuso intelectual.  Por lo general se trata de personas que tienen una marcada inmadurez psicológica o emocional y probablemente hayan sido víctimas de abuso durante su niñez o hayan sido testigos de relaciones abusivas y no han logrado aprender maneras más adecuadas y saludables de relacionarse con los demás.

A menudo, una baja autoestima, la inseguridad y la frustración llevan a una persona a necesitar ejercer cierto control sobre otras personas o a descalificarlas permanentemente.

Entre las características más comunes de los abusadores, podemos citar las siguientes:

 Tienen una baja tolerancia, un temperamento explosivo y cualquier incidente menor desata su agresión.
  Son muy inseguros, excesivamente posesivos y celosos. Tienen una fuerte necesidad de controlar a los demás o restringir sus derechos y su libertad.
 Necesitan de personas
 sumisas que se sometan a su voluntad.
 No se comprometen afectivamente.
 Ordenan, no piden.
 Tienen una alta capacidad de engañar a los demás y se engañan a sí mismos.
 Culpan a los demás de sus propios problemas, o culpan al mundo, a la vida a una situación particular.
 No se hacen cargo del daño que causan.
-  No tienen consideración ni sienten o demuestran empatía.
- Suelen tener una doble personalidad: pueden ser amables y encantadores por un lado, y sumamente crueles y sarcásticos por otro.


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